Aunque lo más difícil es conservar la calma, debes ser consciente que como allegados o familiares es nuestro deber asumir la situación lo más pronto posible para saber qué hacer. Si no te sientes preparada, entonces identifica a alguien que esté un poco más calmado para que te ayude.
Lo más duro, fuera del estado de duelo, es el gasto económico que una muerte accidental representa. De ahí que es necesario que pienses que este es uno de los motivos de peso por los cuales son importantes los seguros.